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Conclusiones Del V Congreso Nacional Del Agua celebrado en Cox

El presidente del Comité Científico del V Congreso Nacional del Agua, que se ha celebrado durante dos días en Cox, ha presentado las conclusiones del evento científico acompañado de la concejala de Agua, Ainara Bernabeu, que ha procedido a la clausura, y del alcalde de Cox, Antonio Bernabeu.

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En el acto de clausura, Ainara Bernabeu, ha señalado que “durante dos días hemos escuchado a grandes especialistas que han añadido valor a nuestro conocimiento sobre el agua, para que gestionemos de forma eficiente este recurso vital. Una de las cuestiones más relevantes es que nos han ayudado a descubrir oportunidades que están a nuestro alcance para el desarrollo económico y social de nuestros municipios”. Ha añadido que “en este momento en el que estamos viviendo los efectos del cambio climático tenemos que asumir la responsabilidad de preservar el agua para las generaciones venideras, por eso apostamos firmemente por el Trasvase Tajo-Segura, por su importancia para nuestra tierra y nuestros agricultores”.

Bernabeu ha cerrado su intervención diciendo que “el V Congreso Nacional del Agua no solo ha sido una plataforma para el aprendizaje, ha sido también una llamada a la acción, por ello os invito a que nuestras acciones y políticas trasciendan los límites geográficos y, juntos, abordemos los desafíos del agua de manera integral y colaborativa”.

CONCLUSIONES:

1.- La seguridad hídrica es un concepto fundamental para el desarrollo económico y social puesto que implica la capacidad de disponer de agua en suficiente cantidad y con la calidad adecuada para satisfacer las necesidades económicas, de energía y para el uso doméstico. Por esa razón, es fundamental preservar la integridad de los sistemas ambientales que son la fuente natural del agua.  La falta de seguridad hídrica es uno de los mayores factores limitantes para la prosperidad global.

2.- El agua existe en cantidades limitadas, pero a diferencia de la energía, no tiene alternativas, por eso es importante asegurar la disponibilidad del recurso hídrico en el presente y futuro.

3.- El cambio climático supone una amenaza adicional a la seguridad hídrica. A lo largo del siglo XXI, en el ámbito peninsular, es esperable una reducción de las disponibilidades de agua y una intensificación de sus fenómenos extremos. Este mayor riesgo exige optimizar cada vez más la explotación y gestión de los sistemas hídricos, desde una perspectiva de previsión y anticipación técnico-económica, considerando las posibles soluciones, sus incertidumbres, y su complementariedad a las distintas escalas y dejando de lado en los análisis cualquier prejuicio o apriorismo político.

4.- A escala mundial, casi mil millones de personas carecen de agua potable y 2.400 millones no tienen acceso a servicios de saneamiento básicos. Además, las pérdidas económicas relacionadas con la inseguridad hídrica se estiman en 260.000 millones de dólares al año, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. El consumo de agua se viene duplicando cada 20 años y para el 2025 al menos dos tercios de la población mundial vivirá en zonas con estrés hídrico. Por tanto, la mejora del acceso al agua potable, de los servicios de saneamiento y de la gestión de los recursos hídricos potencia el crecimiento económico de los países, contribuyendo en gran medida a la erradicación de la pobreza.

 5.- España es uno de los países de Europa con mayor estrés hídrico, con un 70% de su territorio en riesgo de desertificación y 27 millones de españoles en peligro de sufrir escasez de agua en 2050. Esta tendencia se puede intensificar por el impacto del cambio climático. Este reto solo se puede superar con una buena planificación global del uso y la distribución de todos los recursos hídricos, con la concienciación social de que es un bien escaso y con una interconexión de cuencas que permita trasladar el agua donde sea más necesaria. Sostenibilidad y seguridad hídrica deben ser las bases de un Pacto Nacional del Agua, que diera lugar a un nuevo Plan Hidrológico Nacional.

6.- La reducción del trasvase Tajo-Segura compromete gravemente la seguridad hídrica en la Región de Murcia y Alicante, ya que merma las disponibilidades hídricas y por tanto la garantía de suministro. Por ello, el Trasvase Tajo-Segura ha de contemplarse como una obra de Estado, que requiere criterios y reglas objetivos y transparentes, mecanismos rigurosos de gestión e instrumentos de equilibrio técnico económico capaces de corregir posibles inequidades.

7.- La seguridad hídrica que puede proporcionar la desalinización debe ir acompañada de una sostenibilidad financiera y energética. Sostenibilidad financiera entendida tanto por el lado de los costes, como de las actividades que se abastecen de esta fuente. Sostenibilidad energética entendida como acceso a una fuente fiable y económica que proporcione la energía necesaria para la desalación.

8.- La experiencia reciente en muchos países indica que existe una manera viable de proceder hacia una mayor resiliencia y un crecimiento sostenible ante el aumento de la escasez de agua y el cambio climático. Para conseguirlo, se necesitan avances inmediatos en tres vías paralelas a la seguridad hídrica, que incluyen el aumento de la inversión en información, infraestructura e instituciones.

9.- La sociedad europea en su conjunto y la española de manera destacada, sigue sin preocuparse por su seguridad alimentaria. Después de décadas de abundancia, de riquísima variedad y precios históricamente bajos, la población eliminó a la alimentación de su lista de preocupaciones. Peter Zeihan en el libro El fin del mundo es solo el comienzo anuncia que “Queremos alimentos variados, saludables y baratos, pero no que nuestros agricultores los produzcan”.

10.- Algunas propuestas específicas para garantizar la seguridad hídrica en España y por tanto la seguridad alimentaria de nuestro país y de parte de la Unión Europea:

  • la utilización e implementación de las energías renovables (hidráulica incluida) y el almacenamiento hidráulico de energía;
  • la modernización del regadío, con procesos parecidos a los que se vienen desarrollando en la Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Almería;
  • completar los desarrollos de regadío en las zonas en que hay recurso hídrico disponible (como Ebro, Duero, Guadiana – Huelva);
  • mejorar la seguridad hídrica configurando sistemas integrados de agua (interconectando zonas y sumando recursos no convencionales) pasando de regulaciones anuales a plurianuales;
  • flexibilizar la demanda para afrontar las sequías (activando de verdad cesiones de derechos y centros de intercambio concesional, lo que junto a las conexiones entre sistemas permitiría mover agua de cultivos de ciclo anual a leñosos e invernaderos);
  • Gestionar de forma integral y coordinada las aguas subterráneas. En especial, la firma del Convenio por parte del Ministerio sobre condiciones de abono de los costes derivados de la transferencia Júcar-Vinalopó, para empezar a resolver el grave problema ambiental, económico y social que afecta a la provincia de Alicante;
  • Depurar bien las aguas urbanas e industriales y no buscar el buen estado de las masas de agua a base de subir caudales ecológicos (que deben ser reestudiados y armonizados a escala nacional). La reutilización es muy valiosa para la agricultura, dado que garantiza el recurso de forma continua.
  • Utilizar las aguas no convencionales, que son fundamentales, como complemento del resto de recursos hídricos, para garantizar la producción agrícola en el futuro.
  • Ahora más que nunca resulta necesario el aporte del trasvase Tajo-Segura, ya que los problemas asociados con los recursos no convencionales (elevado coste, iones fitotóxicos, elevadas emisiones) se mitigan y prácticamente desaparecen mediante su uso conjunto. La mezcla de sus aguas con las regeneradas y desalinizadas incrementa el volumen total de agua, en una cuenca estructuralmente deficitaria, y mejora la calidad agronómica del conjunto de los recursos hídricos de la cuenca receptora.
  • Para continuar mejorando la sostenibilidad del regadío es fundamental la investigación, la transferencia de sus resultados y la formación de los agentes implicados.

Por último, Hay que avanzar hacia un sistema integrado del agua, en el que se conecten adecuadamente todos los recursos hídricos (superficiales, subterráneos, trasvases, reutilización y desalinización) y las demandas, manteniendo los caudales ecológicos necesarios para los ecosistemas asociados al agua.

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