fbpx

La Guardia Civil detiene en Torrevieja a un clan familiar dedicado al robo en viviendas

En la operación policial se han recuperado objetos valorados en más de 100.000 euros

605

La Guardia Civil ha detenido en Torrevieja a un grupo criminal formado por cinco personas, cuatro de ellas miembros de la misma familia, una mujer marroquí de 50 años y tres hombres argelinos de 52, 22 y 20 años, y una mujer española de 33 años, como presuntos autores de siete delitos de robo con fuerza en el interior de vivienda, un delito de robo y uso de vehículo a motor, un delito contra la seguridad vial por carecer de permiso de conducir, un delito de lesiones y un delito leve de daños. En la operación policial se han recuperado objetos valorados en más de 100.000 euros, entre los que se encuentran dos vehículos, uno de ellos robado.

Durante el pasado mes de diciembre, se produjeron varios robos en interior de algunas viviendas de la urbanización La Siesta, siendo los objetos que sustraían de cualquier índole, desde calcetines, hasta joyas, teléfonos móviles o vehículos.

Agentes de la Guardia Civil de Torrevieja iniciaron las investigaciones haciendo hincapié en los días de la semana y en las horas en las se habían producido los robos con más frecuencia. Durante este proceso, repararon en un detalle crucial: un mismo grupo de personas merodeaban la zona utilizando vehículos diferentes. Siendo una zona turística, el alquiler de coches es habitual, aunque era extraño que lo cambiaran tan a menudo.

Al cabo de numerosas gestiones y vigilancias, los agentes descubrieron que se trataba de un clan familiar, formado por cuatro argelinos, un matrimonio y dos hijos, al que se había unido una mujer española de 33 años.

Los agentes descubrieron que alquilaban vehículos diferentes con los que acudían a los lugares donde iban a cometer el robo, hasta que un día, al parecer para ahorrarse el dinero del alquiler, sustrajeron uno de una vivienda, y volvieron a usarlo para el siguiente robo. El conductor habitual era el padre de familia, que carecía de permiso de conducir.

Vigilaban las viviendas, generalmente chalets o adosados, durante varios días, averiguando las rutinas de las familias que vivían allí. Cuando estaban seguros de que todos los miembros abandonaban su hogar, procedían a entrar. Primero saltaban la verja o el muro que rodeaba la casa, y una vez dentro de la parcela forzaban algún el punto más débil de acceso, que previamente habían estudiado.

Los robos los cometían siempre en la misma franja horaria, entre las 11 y las 14 horas, cuando los propietarios salían a hacer recados.

Una vez que la Guardia Civil supo con certeza la identidad de cada miembro de esta banda, procedió a realizar registros en las tres viviendas que utilizaban. Los investigadores sabían que, dentro de su forma de trabajar, solían vender casi en el acto aquello que robaban, pero en la primera casa hallaron un objeto que no habían vendido, y que un afectado por los robos había descrito minuciosamente en su denuncia: nueve pares de calcetines sin estrenar de una marca en concreto.

Dentro de una de las viviendas, los agentes encontraron una pistola de fogueo, pero que estaba amunicionada y lista para disparar, aunque según se desprende de las averiguaciones, no la habrían utilizado en ningún robo.

Además de objetos curiosos como los calcetines, llegaron a sustraer de las viviendas, generalmente ocupadas por personas jubiladas, varios glucómetros y tensiómetros. También se intervinieron más de una veintena de relojes de marcas de lujo, teléfonos móviles, gafas de sol, joyas, aparatos electrónicos, dos vehículos, uno de ellos sustraído, ascendiendo el valor de lo sustraído a más de 100.000 euros.

Al ciudadano argelino de 52 años se le añadió un delito contra la seguridad vial por conducir sin carnet, y al hijo de 22 años, un delito de lesiones y otro de daños, delitos por los que se le buscaba con anterioridad.

Durante su estancia en las dependencias de la Guardia Civil de Torrevieja, los tres hombres se mostraron bastante agresivos y violentos, sobre todo el patriarca de la familia, hasta tal punto que, a base de patadas y golpes, causaron daños en una de las puertas blindadas de los calabozos.

Tras ser puestos a disposición judicial, se ha decretado su libertad con cargos, excepto para el hombre de 52 años, que ha ingresado en prisión.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies