“Con los años me he dado cuenta que cuando haces lo que te gusta, siempre te va bien”

Cuando el teatro entró en su vida, supo que nunca lo dejaría salir. Dejó un trabajo estable y se marchó de su Albatera natal para conseguir su sueño, ser actriz, y vaya si lo ha conseguido. La incertidumbre y el miedo a lo desconocido se convirtieron en trabajo y constancia, en ilusiones que se convirtieron en realidad. Tras 20 años en Madrid, Begoña Frutos es una actriz y profesora consolidada que actualmente trabaja sobre las tablas del Teatro Quevedo de Madrid, representando la comedia “Cinco mujeres con el mismo vestido”. Entrevistamos a Begoña Frutos Fuentes.

 ¿Cuándo decidiste que lo tuyo era ser actriz?

Siempre desde niña tuve una atracción por las expresiones artísticas, me parecía que podían ofrecerte muchas experiencias posibles, sobre todo experiencias positivas que ayudaban a ampliar la visión de mi pequeño mundo. Entré en la escuela municipal de teatro de Albatera, y más tarde en algunas compañías amateurs y fue entonces cuando decidí que quería apostar por este camino y formarme para ello.

¿Qué te dijo tu familia?

Se quedaron sorprendidos y  aunque sabían de mi afición al teatro o al baile, no pensaron que fuese a transformarse en mi profesión. Ya que  en aquel tiempo estaba trabajando de forma estable y dar este salto supondría un cambio y quizá una forma insegura de abordar el futuro.  Pero mis razones tuvieron tanta convicción y certeza que nunca olvidaré la frase de mi madre: “Si es lo que te gusta…”.

¿Cómo fue el momento de dejar tu pueblo y marcharte a estudiar Arte Dramático a Madrid?

Para mí fue un momento de mucha felicidad aunque también de incertidumbre, no saber en qué situaciones me vería, qué retos o que decisiones tendría que tomar o si realmente iría todo bien. Con los años me he dado cuenta que cuando haces lo que te gusta, siempre te va bien. Cuando llegué a Madrid a estudiar encontré a mucha gente en mi misma situación, siguiendo un sueño y viendo en qué forma se podía realizar. Confieso que me costó adaptarme a la ciudad viniendo de un municipio pequeño, donde los tiempos y la relación con el entorno y las personas son diferentes. Marcharme a estudiar Arte Dramático, fue sin duda, el punto de inflexión más importante que he tenido en mi vida.

Acabas de estrenar “Cinco mujeres con el mismo vestido” en el Teatro Quevedo, ¿Qué significa para ti actuar en uno de los teatros más conocidos de Madrid?

Representa una propuesta muy ilusionante, recibí la llamada de una directora con la que había trabajado anteriormente y nos pusimos a trabajar con el resto de elenco. Es una comedia muy divertida que refleja a 5 mujeres con sus complejidades y lo absurdo de los convencionalismos femeninos. Es un lujo estar casi a diario rodeada de compañeras que te hacen sentir que no trabajas, sino que juegas y lo pasas fenomenal.

¿Todavía sientes nervios cuando te subes al escenario?

Si y  mariposas en el estómago.

Eres actriz pero también profesora, ¿cómo es tu día a día?

Mí día a día es bastante normal, dejo a mi pequeña en el  cole y me incorporo al centro docente donde imparto clases, la Resad (Real Escuela Superior de Arte Dramático) que  es mi principal centro de trabajo, aunque también imparto clases en la Universidad Europea o en centros privados de creación escénica. Si tengo función por la tarde, llegamos al teatro con antelación  y los días que he de sacar trabajo adelante por ensayos, muestras con alumnos o reuniones de trabajo  implican que he de dejar  compromisos familiares o personales.  Esta profesión incluye trabajar cuando todo el mundo está descansando.

¿Si tuvieses que elegir uno de los papeles que has hecho a lo largo de tu carrera con cual te quedarías?

No podría elegir  un personaje concreto, creo que todavía está por llegar ese papel. Aunque recuerdo con mucho cariño un personaje llamado Sra. Peachum  de la obra “La opera de cuatro cuartos” de Bertolt Brecht.

Como actriz ¿Dónde te gusta más trabajar, teatro o cine?

Bueno, creo que no se trata de elegir o de excluir ninguno, ambos tienen su magia. Personalmente creo que el medio que te educa para ser actor es el teatro, el teatro es un experiencia activa, de persona a persona y te forma desde muchos ámbitos. Aunque el cine requiere de los mismos ingredientes que el  teatro, las proporciones en las que se trabaja el cuerpo y la voz son distintas. Pienso que como actriz has de sentir lo mismo tanto en cine como en teatro, la única diferencia es la manera de hacerle frente.

¿Cómo surgió dedicarte también al estudio de la voz y las clases de interpretación textual?

Desde el primer año de carrera tenía claro que me gustaba investigar y que el trabajo del actor no solamente consistía en la praxis si no en el conocimiento y sistematización de la propia práctica. Un artista también lo es, porque  sabe explicar lo que hace. Desde hace años me han interesado los procesos creativos del actor y el trabajo previo que hace respecto a la expresividad y la palabra teatral, de ahí que hace unos años me doctorase en  la Universidad Carlos III sobre fundamentos del habla escénica. Debido a esta inmersión académica y práctica, la docencia fue llegando poco a poco. En el teatro se puede estar desde muchos lugares.

¿Cuáles son tus actrices de referencia?

Me gustan muchas actrices españolas, Nuria Espert, Berta Riaza, Julia Gutierrez Caba, Vicky Peña, y disfruto mucho viendo en el cine a Kristin Scott, Judi Dench o  Meryl Streep.

¿Cuál sería el papel de tus sueños?

Algún personaje histórico y comprometido que combinase, fantasía, emoción y  humor.

¿Y tú obra favorita?

Los dramas rurales de Lorca.

¿Vienes mucho por Albatera?

Voy con frecuencia, mi familia está allí.

¿Qué es lo que más te gusta y lo que más echas de menos de Albatera?

 Lo que más me gusta de Albatera es reencontrarme con mi familia y amigos, y lo que más echo de menos es…a mi madre.