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“Las videollamadas me han conectado con mis familiares y amigos y gracias a las cuales he ido viendo la evolución de la pandemia tanto en Noruega como en España”

Entrevistamos a Francisco Martínez, enfermero albaterense que se encuentra desarrollando su profesión en Noruega

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Este enfermero albaterense hace dos años que decidió hacer las maletas y viajar a Noruega para poder desarrollar su profesión. Hemos hablado con él para que nos cuente cómo ha vivido estas semanas desde la distancia con el coronavirus como principal protagonista.

P- ¿Cómo ha sido para ti vivir estas semanas desde la distancia?

R- Pues estas semanas han sido duras por el hecho de estar lejos de la familia y los amigos, la incertidumbre que ha generado el virus en cuánto a su letalidad, características de la sintomatología, tiempo de resistencia en distintos materiales… ya que siendo un virus tan nuevo día a día llegaban nuevas noticias y al final uno no sabe a qué debe hacer caso. Pero a pesar de todo esto, lo que más me ha ayudado para seguir a adelante han sido las videollamadas y las apps de mensajería y noticias; que me han conectado con mis familiares y amigos y gracias a las cuales he ido viendo la evolución de la pandemia tanto aquí en Noruega como allí en España. Por suerte, ningún familiar o amigo ha sido infectado y no he tenido que vivir esa experiencia.

¿Cómo ha sido trabajar durante esta pandemia? ¿Cambió de algún modo la forma de trabajar por la presión ante la enfermedad?

Yo me fui de España el día 18 de marzo, 3 días después de declararse el estado de alarma y sólo se me permitió viajar porque disponía de un contrato de trabajo aquí y las fronteras empezaban a cerrarse. Cuando llegué a Noruega, tuve que estar dos semanas de cuarentena en casa, esto se aplicaba a todos los que vinieran de un país extranjero. Debíamos permanecer en casa y no podíamos ni siquiera ir al supermercado a comprar la comida, lo que hacía era pasarle una lista de lo que necesitaba a mis compañeros de trabajo, ellos iban al supermercado y me traían la compra a la puerta de casa, tocaban el timbre y se alejaban de la puerta para que pudiera coger las bolsas.

El caso es que yo venía resfriado de España y después de esas dos semanas seguía tosiendo y estornudando, cuando recibí la llamada de mi jefa para preguntar por mi estado y saber cuándo me podría reincorporar al trabajo. Dado que presentaba sintomatología compatible con el CoVid-19, no se me permitía volver a la residencia en la que trabajo actualmente, hasta haber superado esos síntomas. Me realizaron también la prueba y ésta fue negativa, por lo que cuatro días después de la cuarentena, y ya sin síntomas, pude volver al trabajo.

En el trabajo se desalojó un servicio entero y los pacientes se reubicaron en otras habitaciones, éste servicio pasó a llamarse “Corona-avdeling” (Servicio/planta de Coronavirus), se creó un grupo de trabajo de enfermeros voluntarios para ese servicio, una nueva planilla de turnos y la puerta del mismo se cerró para evitar contagios de los demás residentes. Al poco de crearse todos estos protocolos y medidas, nos llegó la noticia de que un paciente de 74 años había sido infectado y se trasladó a este servicio, se activaron los protocolos y el paciente quedó aislado. A partir de ahí, creció la preocupación entre los trabajadores y los administrativos de la residencia.

También es verdad que los noruegos no tienen tanto contacto físico como tenemos los españoles, así que en ese sentido están más protegidos ante el contagio

¿Qué medidas se han tomado allí?

Tras mi reincorporación, habían cambiado muchas cosas en el trabajo. La salita donde nos dábamos el relevo y solíamos reunirnos entre 5 o 6 personas, a veces más, dejó de utilizarse de ese modo y sólo se podían reunir dos personas, un empleado que había trabajado en el turno anterior y uno del siguiente turno (manteniendo una distancia de metro y medio). Todo el material común como los teléfonos y las llaves se desinfectaban al terminar el turno y se colocaban en el centro de la mesa que hacía de separación entre los empleados. Los teclados de los ordenadores y los ratones, se envolvían en plástico transparente de cocina y se cambiaban una vez al día. Muchas medidas creo que fueron impuestas también por el miedo que generó esta pandemia más que por su efectividad.

Si uno tiene el virus y usa el ordenador aunque tenga el plástico puesto en el teclado, la persona que lo utilice detrás tiene el mismo riesgo de infectarse que si no estuviera el plástico, de ahí que la mejor medida sea la de lavarse las manos constantemente. Se prohibieron también las visitas de los familiares en la residencia, en su lugar se habilitó una Tablet con aplicaciones de videoconferencia y los familiares podían programar citas con el personal de recepción para hablar y comunicarse con sus seres queridos. Desde hace un par de semanas, se han permitido las visitas de familiares, pero con restricciones: deben concertar cita, solo pueden venir dos personas, deben estar sanos y no haber presentado ningún síntoma en los últimas 48h, las visitas son en una habitación donde siempre hay un empleado vigilando y familiares y residentes mantienen una distancia de 2 metros.

Volviendo al servicio de Coronavirus. Los enfermeros que trabajaban allí, debían ponerse las medidas de protección, no hablo de EPIs ya que aquí no disponíamos de ello, hablo de un traje amarillo de protección (el cual solo cubre hasta las rodillas aproximadamente), una mascarilla FFP3, unas gafas de protección, gorro para el pelo (opcional) y fundas para el calzado. Cuando terminaban los turnos de 12h en este servicio, el personal debía ducharse en una habitación habilitada para ello, cambiarse de ropa y salir por una puerta de incendios para no volver a cruzar el servicio de coronavirus. Aun así, por la falta de personal, algunos de los enfermeros que en principio sólo iban a trabajar en ese servicio, han trabajado algunas guardias también en el resto de la residencia.

Cuando hay una sospecha de un nuevo caso, el médico decide si se realiza o no la prueba (teniendo en cuenta sintomatología, si ha recibido visitas de familiares, etc.) y en caso de realizarse, el paciente pasa a estar aislado en su habitación hasta que llegan los resultados del test. En estos casos se realiza el mismo procedimiento, todo el personal que entra en la habitación debe vestirse con el equipo que he mencionado arriba. Por lo general, los resultados llegan al día siguiente o en dos días como muy tarde y los pacientes no permanecen aislados mucho tiempo.

¿Cómo ha sido tu día a día estas semanas?

Mi día a día una vez que me reincorporé al trabajo ha sido muy normal. Yo no estoy en el equipo de voluntarios para trabajar en el servicio de coronavirus por un problemilla de salud que tengo. Me he adaptado bien a las nuevas rutinas de desinfectarlo todo, de llevar más cuidado a la hora de la higiene tanto personal como de los residentes.

Aquí en mi “kommune”, que es lo que en España clasificaríamos como comarca, sólo ha habido de momento tres casos de coronavirus. Uno es el hombre que comenté y que estuvo ingresado y los otros dos casos son personas más jóvenes y que se han mantenido aisladas en sus casas.

El gobierno noruego no ha tomado unas medidas tan estrictas como en España, aquí en ningún momento se ha confinado a la gente en casa, lo que sí hicieron fue cerrar los colegios y universidades como primera medida. Se fue reduciendo el horario de apertura de comercios, restaurantes y grandes superficies y por último se acabaron cerrando. El gobierno prohibió a la gente ir a las cabañas, es algo muy común tener una cabaña en una comarca/provincia diferente a la de tu lugar de residencia. Al personal sanitario se le prohibió totalmente salir del país hasta finales de abril y tampoco estaba permitido salir y pernoctar en una comarca que no fuera en la que resides y aun así si decidías hacerlo, después tenías una cuarentena de dos semanas en casa y esta vez sin sueldo, ya que habría sido tu decisión y no la situación de volver de un país extranjero cuando esto empezó (esa cuarentena sí que estaba cubierta por el trabajo y estaba remunerada). El único aviso o consejo del gobierno que llegó de manera masiva a todos los teléfonos móviles fue antes de Pascua y decía que se recomendaba no reunirse más de 5 personas, mantener la distancia de seguridad y acababa con un “Feliz Pascua”.

También es verdad que los noruegos no tienen tanto contacto físico como tenemos los españoles, así que en ese sentido están más protegidos ante el contagio.

¿Qué te han transmitido tus compañeros que trabajan en España sobre la situación aquí?

La verdad es que tengo compañeros en Valencia, Madrid y Barcelona. Lo que me decían era que la situación era insostenible, que en las residencias donde un paciente resultaba infectado, era cuestión de tiempo que fueran cayendo los demás. También por las redes sociales como Instagram, he ido viendo su día a día y lo más destacable fue hace unas semanas cuando se permitió que salieran los niños a la calle, la indignación por parte de todos mis compañeros, que es totalmente justificable, ellos ponen en riesgo sus vidas para tratar y ayudar a los que han estado más graves en cuidados intensivos para luego ver esas calles abarrotadas, sin respetar ninguna recomendación ni nada. Yo personalmente, también me indigné al ver las imágenes, no daba crédito de la irresponsabilidad de la gente, pero a fin de cuentas yo estoy aquí y no podía nada más que ver y compadecerme de mis compañeros que han estado allí al pie del cañón.

Volvisteis a la normalidad hace unas semanas, ¿has notado algún cambio con respecto a antes del coronavirus?

Sí, aquí hace unas semanas los colegios volvieron a abrir, los comercios, centros comerciales y los restaurantes y bares también, aunque en principio solo pueden tener abierta la terraza y unas pocas mesas dentro. La principal diferencia es que ahora en los supermercados y centros comerciales es obligatorio lavarse las manos al entrar y antes de salir (ya sea en lavabo con agua y jabón o con desinfectante) y en la mayoría de ellos también se ha dejado de aceptar el efectivo y solo se puede pagar con tarjeta. En tiendas de electrónica y cosas así, tú coges los productos y cuando llegas a la caja, el dependiente no toca esos productos, te pide que los gires y que dejes visible el código de barras para escanearlos pero en ningún momento tiene contacto con ellos. Peluquerías y salones de belleza han empezado a trabajar con cita previa igual que en España.

¿Te planteas volver a España en un futuro?

Pues sinceramente no. He invertido un tiempo y un esfuerzo en un aprender un idioma nuevo y un pelín complicado como es el noruego, llevo aquí ya dos años y ese bagaje, la soltura y el aprendizaje que día a día voy adquiriendo no me gustaría tirarlo por la borda.

Estoy muy contento con este país, se valora mucho la profesión de enfermería, no existe esa sobrecarga de trabajo que tenemos en España donde hay un enfermero para 15 o 20 pacientes, aquí somos entre 2 y 3 enfermeros para cada 10 pacientes.

Disponemos de muchos medios para cuidar a las personas, que es el pilar fundamental de esta profesión, el cuidado. También la jornada laboral aquí son 35 horas a la semana, hay una mayor calidad de vida, los sueldos son como tres veces el sueldo de un enfermero en España. Tengo a mi pareja aquí conmigo, un perro que adopté en España el año pasado y un coche que compré también el año pasado y que me va a tener unos cuantos años pillado por el préstamo. Pero como he dicho, aquí me encuentro muy feliz, la gente es muy amable, te reconocen y valoran mucho el esfuerzo de que hables su propio idioma y tienen muchísima paciencia a la hora de tratar con extranjeros que poco a poco vamos mejorando el idioma.

Y si algún sanitario lee estas líneas y está sin trabajo actualmente o siente que no le valoran lo suficiente, le animo a aprender el idioma y venirse. Hay una empresa en Alicante que te gestiona el curso, te pone en contacto con las empresas noruegas y te lo facilitan todo para venir a trabajar. Yo vine con una de esas empresas, te pagan casa, luz, internet, transporte al trabajo, tres viajes de ida y vuelta a España al año y aparte tu sueldo que suele pasar de los 3.000€ al mes. Aquí hay una gran necesidad de personal sanitario, se redujo la jornada laboral hace unos años y eso generó aún más puestos de trabajo.

También conozco mucha gente que ha hecho el curso, se ha venido un par de años, ha ahorrado y se ha vuelto a España ya que su intención no era la de quedarse aquí, porque, claro, no todo el mundo está dispuesto a dejar atrás a su familia, amigos, el clima de España… Pero como pensé yo cuando me decidí a embarcarme en esta aventura: tu familia, tus amigos y tu casa en España siempre van a estar ahí y si pruebas y no te sale bien, siempre vas a poder volver a casa, pero como bien dice el dicho, el que no arriesga no gana.

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