fbpx

Las vacaciones de Rafael Legidos por Asturias

El principal culpable de la maravillosa semana que hemos pasado 16 personas en Asturias este verano, es de mi hijo Pedro.

805

El principal culpable de la maravillosa semana que hemos pasado 16 personas en Asturias este verano, es de mi hijo Pedro. Pudiendo elegir entre muchos destinos por ser el año de su primera comunión, tenía una cosa clara…”quiero una casa rural con mucha gente”.

Para allá que nos fuimos cruzando la península 10 jóvenes de espíritu y 6 jóvenes de verdad.

La casa, un pasote, por la distribución, el confort, la ubicación, la piscina, las ocas, las cabritas, las hortensias, la parrilla regulable en altura de la barbacoa, y sobretodo la fabada y el arroz con leche con el que nos obsequió la dueña.

El paisaje asturiano al ser tan diferente al alicantino te va seduciendo desde el principio, todo es verde y cuesta arriba o cuesta abajo, da igual que llueva, haga niebla o sol varias veces en el mismo día. Una vez controlada la empinadisima cuesta de acceso a la casa nos dedicamos a las excursiones programadas.

Pueblos de costa como Tazones, Lastres y Cudillero. Ciudades “terminadas” como Oviedo y Gijón. Entornos naturales como los Lagos de Covadonga, el descenso del Sella (aunque 15 km son “molto longos”)y la escapada a la frontera gallega en Ribadeo con la monumental “Praia das Catedrais”. Todo lo anterior son visitas obligadas.

Siempre destaco algunas cosas puntuales, en esta ocasión el ratito por la tarde en Ribadesella con mi mujer y sus primas, y unos bocatas, todo ello disfrutando del fresquito Cantábrico y de la “geometría perfecta” de la playa de Ribadesella, acompañados por unos excepcionales 35 grados. Para un mediterráneo como yo no para de fascinarme la diferencia entre la bajamar y la pleamar. Poder acceder a visitar al parlamento asturiano en Oviedo y que los más pequeños del viaje se sienten como presidente y vicepresidente. Cuando visitas la Iglesia de Santa María del Naranco en Oviedo hay unas vistas alucinantes sobre toda la ciudad, donde destaca un edificio de Calatrava fuera de escala a modo de pokemon blanco gigante. Aunque un pelín solitario, también vale la pena visitar el centro Niemeyer en Avilés.

Muy cerca de la casa partía una ruta de montaña circular. La primera parte de unos 3 km hasta encontrar una cascada era de dificultad básica. Hasta allí llegaron los jóvenes y las mujeres para volverse después a la casa. A partir de ahí unos pocos “valientes” decidimos terminar la ruta armados con solo un paraguas a pesar del aumento de dificultad. Grandes desniveles, senderos estrechos, ortigas, vacas y cabras en medio del camino, un pueblo abandonado, casi nadie al que preguntar, una cima que no había manera de “encumbrar”, y todo ello sin cobertura… Después de varias horas por fin encontramos el camino de vuelta y llegamos a una zona con cobertura, cuando pensábamos que íbamos a tener unas 15 llamadas pérdidas de nuestras mujeres, tan solo llegó un único mensaje de whatsapp: “a las 13:30 nos tomamos el vermú, si estáis bien, si no, también”.

La gastronomía popular del cachopo, diferentes versiones de fabes, cabrales, ternera asturiana, hay que disfrutarla… pero lo de la sidra… no me va el rollito del escanciado…

A la vuelta hicimos parada en Burgos y noche en Santo Domingo de Silos, donde tuvimos la suerte de poder asistir no solo a los rezos, sino también a un concierto en el claustro del convento. Por la mañana visita al desfiladero de la Yecla y a Aranda de Duero con sus bodegas subterráneas.

Viaje intensamente vivido y compartido con personas grandes y pequeñas, que ya permanece imborrable en nuestros recuerdos.

Munches gracies Asturias!!!

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies