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La diócesis Orihuela-Alicante informa sobre las disposiciones para la celebración del culto público ante la reapertura de los templos

En esta primera fase se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo

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Jesús Murgui Soriano, Obispo de Orihuela-Alicante, ha emitido un comunicado en el que informa sobre las disposiciones para la celebración del culto público ante la reapertura de los templos para las celebraciones públicas a partir del día 11 de mayo.

En esta primera fase se permite la asistencia grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con eucaristías dominicales y diarias. Por lo que, en el caso de la iglesia de Albatera, que puede tener capacidad para unas 500 personas, su aforo se vería limitado a unas 165.

Sigue en vigor la dispensa del precepto dominical, invitando, a quien no pueda acudir al templo, a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios de comunicación. Se invita a las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo a que valoren la conveniencia de no salir de sus domicilios para asistir al culto público en estas fases.

Se recomienda que los fieles hagan uso de mascarilla y las medidas higiénicas con carácter general, mientras que las puertas de los templos se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar manillas o pomos. Las pilas de agua bendita continuarán vacías.

Antes de la celebración, se ofrecerá gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar, a la entrada y salida del templo.

Durante la celebración, se recomienda evitar los coros en la parroquia, mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento. Solo habrá un lector o dos para proclamar las lecturas y el salmo. Se desinfectará el micrófono después de la celebración.

cEn el presbiterio solo estará el sacerdote que preside y los sacerdotes concelebrantes. En las concelebraciones, los sacerdotes deben guardar las distancias de seguridad. Mientras permanezcan estas medidas de seguridad no ayudarán los acólitos.

Los sacerdotes se lavarán las manos antes de comenzar la celebración y después. El sacerdote que preside preparará en la sacristía el cáliz y las patenas a utilizar. Si no hay concelebración, los copones estarán cubiertos con la “palia” durante la plegaria eucarística. Si hay concelebración, también estarán cubiertos el cáliz y la patena.

No habrá procesión de ofrendas. La colecta no se pasará durante la celebración. El buzón para depositar la colecta estará en un sitio visible del templo y se informará de ello.

El sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de distribuirla y después.

El saludo de la paz, que es facultativo, se podrá sustituir por un gesto evitando el contacto directo. El diálogo individual de la comunión (“El Cuerpo de Cristo”. “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose la Eucaristía en silencio.

Establecer la salida ordenada de la iglesia evitando agrupaciones de personas en la puerta.

En otras celebraciones como la del Sacramento de la reconciliación y los momentos de escucha de los fieles: Además de las medidas generales, se ha de escoger un espacio amplio y mantener la distancia social asegurando la confidencialidad. Tanto el penitente como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies.

Los bautismos mientras dure la pandemia, siempre que sea posible, se suprimen los bautizos comunitarios. Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase desde un recipiente al que no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los bautizandos. En las unciones se puede utilizar un algodón o bastoncillo de un solo uso, incinerándose al terminar la celebración.

Durante la confirmación, en la crismación se puede utilizar un algodón, como se ha indicado en el caso del bautismo. Obsérvese la higiene de manos cuando haya varios confirmandos.

Para contraer matrimonio, los anillos, arras, etc., deberán ser manipulados exclusivamente por los contrayentes. Manténganse la debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.

Para la unción de enfermos se hará el rito breve. En la administración de los óleos puede utilizarse un algodón o bastoncillo como se ha indicado anteriormente. Los sacerdotes muy mayores o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están infectadas por coronavirus. En todo caso, obsérvense las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias correspondientes.

Los funerales y las exequias seguirán los mismos criterios de la misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la importancia de mantener distancia de seguridad.

En las celebraciones comunitarias de los sacramentos se suprimen las fotos de grupo a la finalización de las mismas para guardar la necesaria distancia de seguridad.

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