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La deuda y el déficit patrimonial de Albatera

Los albaterenses han sido espectadores pasivos del deterioro continuo del patrimonio histórico municipal.

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El Siglo XX representa para el pueblo de Albatera, la época más oscura y trágica que ha sufrido el legado cultural y arquitectónico que definía la identidad de nuestra localidad. Ya fuera por motivos económicos, conflictos sociales o decisiones desafortunadas,… los albaterenses han sido espectadores pasivos del deterioro continuo del patrimonio histórico municipal.

Frente a sus ojos, vieron desaparecer los remates de las torres de la Iglesia Santiago Apóstol, y como se degradaba la majestuosidad del palacio de los Marqueses de Dos Aguas, en los primeros años de 1900.

Más tarde sufrió la pérdida irracional del valioso patrimonio religioso que significaba el retablo del altar mayor y el propio órgano, junto a las imágenes escultóricas y pinturas de Salzillo, Montañes y Murillo. Continuando esta inercia destructiva desafortunada con los derribos de la Ermita de la Virgen del Rosario, teatro Box y el propio Ayuntamiento en la década de los 60-70.

Hasta llegar a los años 90, donde esta dinámica terminó contagiando a la sociedad albaterense, que empezó abandonar y despreocuparse de las construcciones privadas del centro histórico mientras se seguía dando la espalda al patrimonio público como el Casino con su marquesina sobre soportales de fundición. O se dejaba de acudir a los diversos cines que ofrecían una cartelera propia de capitales de provincia.

Este es el legado que nos ha llegado a nuestros días, donde la “gran deuda patrimonial de Albatera” solo se puede materializar mediante el recuerdo nostálgico y la añoranza de tiempos pasados.

Situación que se da en la actualidad, mientras Albatera sufre un notorio déficit de espacios escénicos adecuados, que den respuesta al gran nivel cultural que ha alcanzado la sociedad albaterense. Sirva como ejemplo la categoría musical que atesoran la U.M La Aurora o la A.M Santiago Apóstol, donde arrastran la necesidad durante años de un espacio de formación, ensayo y audición de garantías.

Esperemos que el presente Siglo XXI nos ofrezca un cambio de actitud de los albaterenses frente al respeto del patrimonio histórico común, y valore sin miedos la necesidad de invertir tiempo y recursos en la conservación y recuperación de los legados que nos identifican como pueblo.

En nuestras manos tenemos la oportunidad de luchar por ello, haciendo uso de las herramientas de gestión que los sistemas y las administraciones públicas permiten. Como podría ser el caso de recuperar el órgano o la reconstrucción de las dos torres de la Iglesia Santiago Apóstol, con el respaldo de los organismos supramunicipales autonómicos y la figura del mecenazgo, una vez que se desarrolle la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).

Siendo el reto mayor, sin caer en la utopía, la recuperación y acondicionamiento del Cine Palacio, mediante la fórmula de gestión que garantice su viabilidad y de respuesta a las necesidades públicas y privadas de cada una de las partes, todo ello con un fin común, ofrecer al pueblo de Albatera y al tejido socio-cultural un espacio que solucione el déficit actual manifiesto. Además de ser el primer paso para volver a dotar de vida a nuestro centro histórico, que precisa un aumento de población que dinamice el comercio, mejore la eficiencia de los servicios públicos y respalde las actividades tradicionales que se dan en sus calles a lo largo del año.

Mario Berna Box

VICESECRETARIO GENERAL PSOE-ALBATERA

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