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“Hemos demostrado que es posible crear una micro-multinacional tecnológica, desde un pueblo como Albatera»

Entrevistamos a Fernando Guerrero, presidente de SolidQ Global SA

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La empresa tecnológica SolidQ Global SA, cuya sede está en Albatera, celebraba su mayoría de edad este mes de mayo. Fundada en el 2002, ha crecido hasta convertirse en una micro-multinacional con gran relevancia en el sector.

Hemos hablado con Fernando Guerrero, presidente y socio fundador de la compañía, para que nos cuente cómo ha sido el crecimiento y evolución de la empresa durante estos 18 años y especialmente, como han vivido estos últimos meses con el COVID-19 como protagonista.

¿Qué balance haces de estos 18 años?

Muy positivo. La realidad nos ha demostrado que la apuesta que hicimos hace 18 años (proporcionar servicios de alta calidad sobre la gestión y análisis avanzado de datos) fue muy acertada, ya que esa línea tecnológica se ha convertido en un elemento esencial de la transformación digital de la gran mayoría de las empresas.

Durante estos 18 años, el equipo ha crecido desde los 6 socios fundadores, desde una empresa que creamos en un pueblo cerca de Seattle, hasta crear una micro-multinacional, dirigida desde la central corporativa con sede en Albatera, con filiales en una docena de países de todo el mundo, contando con unas 150 personas en total, de las cuales unas 90 han sido recientemente transferidas al Grupo Verne, como parte de la reciente venta de la Unidad de Negocio de España, aunque seguimos trabajando con ellos en proyectos internacionales.

Hemos trabajado con grandes empresas de todo el mundo, como Microsoft, Toyota, Ferrovial, la BBC, eBay, Goldcar, Deloitte, Solvia, la RAI, AMEX, la Cruz Roja, muchos de los operadores de telefonía europeos, y muchos bancos y compañías de seguros de todo el mundo. Pero también hemos trabajado con la NASA, el FBI, el Pentágono, o la ONU.

Esta amplia experiencia hubiera sido imposible sin el excelente trabajo de un gran equipo, que hemos ido formando a lo largo de estos años, identificando y alimentando el talento de grandes profesionales, que han terminado siendo amigos con quienes hemos compartido buenos y malos tiempos, retos y logros.

Hemos demostrado que es posible crear una micro-multinacional tecnológica, desde un pueblo como Albatera, gracias al talento personal de nuestro equipo, y al apoyo de la tecnología.

¿Cómo era la empresa en sus inicios y cómo es actualmente?

Al principio, los seis socios fundadores de la empresa teletrabajábamos al 100%, por necesidad, ya que cada uno de nosotros vivíamos en países distintos, y no vimos la necesidad de mudarnos todos al mismo lugar, ya que podíamos desempeñar nuestro trabajo de forma remota, ya en el 2002.

Dieciocho años más tarde, nos encontramos todos teletrabajando, los 150 empleados de la empresa, debido a la crisis del COVID19, aunque la gran mayoría de nosotros seguíamos teletrabajando antes de esta crisis.

Es cierto que, con el tiempo, hemos entendido el valor que aporta el poder disponer de oficinas físicas, aunque no sea obligatorio acudir a la oficina todos los días, y ahora tenemos oficinas físicas en Milán, Viena, Copenhague, Malmö y Atlanta, pero también las oficinas en España, ahora transferidas al Grupo Verne, en Albatera, Torrevieja, Coruña y Albacete.

Nuestros primeros proyectos fueron actividades formativas, diseñando e impartiendo cursos para Microsoft, sobre su sistema de bases de datos. Sin embargo, nuestra actividad fue derivando muy rápidamente hacia la consultoría avanzada, sobre la gestión de datos, y el análisis avanzado de datos, para clientes de todo el mundo.

La formación sigue siendo una componente importante de nuestro negocio, pero solo representa un 10% de nuestros ingresos. Aunque, seguimos aplicando los mismos criterios para seleccionar nuestros empleados: sólo contratamos personas con una gran hambre por aprender, y con un enorme interés por poner el conocimiento a trabajar, compartiendo lo que aprendan con sus compañeros y nuestros clientes.

Seguimos también trabajando sola y exclusivamente con personas en quienes confiamos, porque tenemos que garantizar el mejor servicio posible a nuestros clientes, en un entorno fuertemente distribuido en todo el mundo.

¿Cómo ha desarrollado el trabajo la empresa durante el confinamiento?

Ante todo, hemos tenido una enorme suerte, ya que ninguno de nuestros compañeros ha sufrido esta enfermedad en su familia. En cuanto al trabajo, hemos seguido haciendo lo mismo que antes: teletrabajar para seguir ofreciendo a nuestros clientes el mejor trabajo posible, a pesar de la distancia física.

Es cierto que el contacto cara a cara es irremplazable, sobre todo para el proceso de venta, y esto ha ralentizado el comienzo de alguno de nuestros proyectos. Sin embargo, estamos muy acostumbrados a trabajar remotamente, y tenemos toda nuestra información en la nube desde hace muchos años, por lo que podemos seguir trabajando con total eficiencia.

Sin embargo, algunos de nuestros clientes no han tenido tanta suerte, y han sufrido esta pandemia, tanto a nivel de salud como económicamente, lo que ha representado algunas dificultades para avanzar en algunos proyectos. Pero muchos han entendido que esta crisis representa una oportunidad, para reforzar su transformación digital, y para resurgir más fuertes que nunca tras esta crisis, con la ayuda de los datos, y con nuestra colaboración.

Esta situación ha puesto en relieve, más si cabe, la importancia de la tecnología, las redes e internet, ¿que está suponiendo para las empresas tecnológicas todo lo que estamos viviendo?

En estas semanas muchas empresas han descubierto que no estaban tan preparadas como creían para afrontar una crisis, y que su nivel de digitalización no era tan alto como pensaban.

No se trata solamente de que los empleados dispongan de acceso a internet en casa, sino que es crucial crear las metodologías y procesos de colaboración adecuados para poder trabajar remotamente, asegurándose de que toda la información es accesible independientemente del punto de acceso, con total seguridad, y con la trazabilidad adecuada que garantice un acceso seguro a la información corporativa.

La tecnología no es solo máquinas (hardware) y programas (software), sino que depende para su funcionamiento de personas, quienes, si no están acostumbradas a trabajar virtualmente, colaborando con equipos de trabajo remoto, en otros países, con otros idiomas y cultura, pueden llevar al desastre a cualquier organización al enfrentarse a un reto como el de esta pandemia.

Por otro lado, muchas empresas se han dado cuenta de que sus empleados pueden desempeñar su trabajo desde casa, sin tener al jefe vigilando en todo momento, y que no pasa nada por no tener la certeza de cuántas horas realmente se trabajan, sino que lo que cuenta es cuánto trabajo se desempeña, y de qué calidad.

Sin embargo, donde hay un problema siempre existe una oportunidad, especialmente para pueblos como Albatera: en una sociedad en la que es posible trabajar remotamente de un modo eficaz, ¿por qué irse a vivir lejos de tus seres queridos, para estar cerca del trabajo?

¿Por qué pagar una fortuna por vivir cerca del trabajo, cuando la puerta de la oficina está en el router de acceso a internet?

¿Por qué desperdiciar horas de desplazamiento todas las semanas para ir de la casa a la oficina y viceversa, cuando puedes trabajar flexiblemente desde tu casa, conciliando tu vida familiar con tu vida laboral?

¿Por qué vivir anónimamente en un bloque de pisos perdido en un barrio de una gran ciudad, cuando puedes saludar por su nombre a tus vecinos, a tu panadero, a tu médico, al peluquero, al policía o los maestros de tus hijos?

La tecnología ha demostrado que se puede elegir donde vivir, según los gustos de cada persona, y sus circunstancias familiares y personales, independientemente de dónde se desempeñe el trabajo. Habrá etapas en las que preferirás vivir en una ciudad, y otras en un pueblo; a veces en un país, y a veces en otro.

Esto me recuerda que durante seis años de estos últimos 18, mi puesto oficial de trabajo estuvo en Seattle (en la costa oeste de EEUU), pero mi domicilio familiar estuvo durante esos mismos años en Albatera, y gran parte de ese tiempo trabajaba desde Albatera, o desde cualquier país que estuviera visitando en cada momento, ya que mi oficina viajaba conmigo en todo momento, como ahora.

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