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“En este cargo el despacho es la calle, no puedes poner barreras”

Entrevista a Joaquín Pérez, juez de paz de Albatera

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Entre minifundios, bodas, registros, conflictos y conciliaciones pasan los días de un juez de paz, cargo que por cierto, no entiende de horarios, ya que como nos cuenta el entrevistado, lo ejerce las 24 horas, 365 días a la semana. Joaquín Pérez lleva más de dos décadas en el cargo, desempeñando las funciones de mediador, intermediario y a veces de consejero, para intentar solucionar los conflictos que le cuentan los vecinos de la localidad.

¿Qué significado tiene la figura del juez de paz?

Es una persona de confianza, del pueblo. Alguien que tiene querer a su pueblo y estar a su servicio, porque no se pueden poner barreras en el sentido de ayudar, acompañar o aconsejar. El problema que tiene la gente en los tiempos que corren, es que siempre vamos muy alterados y nos enfadamos por todo, creemos que siempre estamos en posesión de la verdad. Todo esto ha hecho que en un pueblo pequeño como Albatera, se hayan creado muchos problemas con los minifundios en las tierras, por ejemplo, en los lindes, lo que hace el juez de paz es mediar en el conflicto entre las dos partes. Y luego, llevamos también el registro civil, los nacimientos, matrimonios y defunciones.

¿Cuál es tu función cuando una de las partes acude a ti?

Dialogar, o intentar dialogar y solucionarlo. Si ves que no hay solución pues toca iniciar  procedimiento civil. Pero siempre se intenta conciliar primero con el diálogo. La función del juzgado de paz es intentar mediar en conflictos, pero también estamos celebrando juicios de faltas. Ese tipo de delitos va al juzgado de instrucción que a veces delega en el juzgado de paz y se celebra aquí. El fallo lo redactamos nosotros, apoyado por la secretaria judicial.

¿Es complicado ejercer este cargo en un pueblo, dónde prácticamente conoces a todo el mundo?

A veces sí, pero en este cargo no te puedes implicar, porque siempre hay que aplicar el juicio salomónico. Cuando ya llevas mucho tiempo sabes enseguida quien tiene la razón y quién no. Pero luego tienes que hacerlo de la mejor forma posible, eso sí, está claro que si uno no quiere dos no se pelean. Algunas veces una de las partes tiene que ceder o dejarse perder, que muchas veces no es nada, lo que pierdes es estar en posesión de la razón.  Siempre se intenta reconciliar, primero intentamos hablar con ellos y si no hay más remedio se juzga también.

¿Qué temas son por los que más acude la gente?

Por los lindes de los campos. Y algunas discusiones que luego terminan siendo tonterías.

¿Y temas personales?

Muy pocos, ahora hay muchos conflictos entre matrimonios y son temas muy complicados. Es el tema más delicado.

¿Y si ves que es claramente un caso de violencia machista, como actúas?

En ese tema soy muy tajante, en muchos casos les he dicho que ciertas situaciones no las aguanten, que lo denuncien directamente. Se lo digo con toda la naturalidad porque eso no se debe permitir.

¿Recuerdas alguna anécdota en particular de estos años?

Anécdotas hay muchas, en el tema de las bodas, pues una de las novias que vino con el vestido y unas muletas, y tener que ayudarla. Otro día, darte cuenta que de un presunto caso de matrimonio de conveniencia, porque los novios casi no se conocían, llegó la novia con su madre y el novio con la suya, se casaron y luego cada uno se fue por su lado.

¿Cuándo estás en el juzgado de paz?

Los martes estoy de 10:30 hasta las 13:00. Luego voy también muchas tardes, y cuando la gente me requiere, esto es un servicio casi 24 horas. Si no estoy allí la gente me llama, cuando estás en un cargo como este el despacho es la calle, no puedes poner barreras, porque hay gente que tiene sus horarios de trabajo y no puede acudir a ciertas horas, entonces me llaman y nos vemos cuando les viene bien. En alguna ocasión he tenido que dejar a mi mujer sola en el mercado y tener que venirme hasta Albatera, a veces requiere que dejes tu trabajo para ejercer esta función. Lo más importante es tener espíritu de servicio, yo después de tantos años ya estoy en mi fase final en el cargo, pero quien venga tiene que tener claro que tienes que estar para servir a todos.

¿Te has creado algún enemigo durante estos años?

Que yo sepa no, supongo que lo sabré cuando me vaya.

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