“En «La Casa de Bernarda Alba» hay una denuncia explícita a un machismo de una época pasada pero cuya trascendencia todavía sufrimos las mujeres”

Begoña Frutos vuelve a subirse al escenario de la Casa de Cultura Miguel Hernández este sábado 23 de noviembre a las 20:00 horas, para interpretar en esta ocasión a Angustias, la hija mayor de Bernarda Alba. La actriz albaterense representará bajo la dirección de Óscar Miranda esta obra magistral de Federico García Lorca. Escrita por el poeta granadino en 1936, continúa siendo un referente sobre la lucha por los derechos de la mujer en nuestros días.

¿Qué supone para ti actuar en tu pueblo, delante de tus vecinos?

Me supone mucha ilusión, aunque a la vez es también un gran compromiso. Albatera es un pueblo que siempre acoge con entusiasmo y respeto la cultura y en particular la teatral y en todas las ocasiones que he tenido la oportunidad de venir a realizar alguna función me he sentido muy bien acogida. Ver en los asientos a familiares, amigos, conocidos y personas que han seguido mi trayectoria profesional tanto en el teatro como en la docencia es una enorme alegría.

¿Lo habías hecho ya antes o esta es la primera vez?

He actuado más de una vez de forma profesional en Albatera. En el año 2003 vine con una obra llamada «Después de la Lluvia», de Sergi Belbel, estaba recién acabada de licenciarme en Arte Dramático y fue muy emocionante para mí pisar de nuevo las tablas de la Casa de Cultura, lo recuerdo con mucho cariño porque los aplausos desprendían muchísima complicidad y afecto. También en marzo de 2018 tuve la oportunidad de producir y estrenar en Albatera «El Fin tras el Punto», una pequeña pieza teatral que se presentó posteriormente en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, con un director, actrices y escritores de nuestro pueblo. Aunque te confieso que los nervios de actuar en mi pueblo siempre son los de la primera vez.

¿Qué significa para una actriz poder interpretar una de las obras más importantes y destacadas de Federico García Lorca?

Para cualquier actriz interpretar a un personaje de Lorca es un regalo, y en mi caso, ya desde niña tuve curiosidad y admiración por este autor. Desde hace años tengo un vínculo especial con este poeta y dramaturgo, no solo porque admiro la forma en que dibuja el alma femenina sino porque Lorca es siempre como regresar a un lugar conocido para mí. En el año 1999 hice «Bodas de Sangre» en la Casa de Cultura de Albatera y en mis pruebas de acceso a la carrera de Arte Dramático presenté escenas de «La Casa de Bernarda Alba». Además, en mi repertorio siempre está «Doña Rosita la Soltera o el Lenguaje de las Flores», porque tiene ecos de las vivencias de nuestros abuelos. Esta obra no perece en el tiempo, aunque se sitúe en un momento difícil de nuestra historia, y por eso creo que es una de las obras más importantes de nuestro teatro. Para una actriz ofrece muchos niveles de interpretación y cuando profundizas en ellos descubres que los personajes están maravillosamente perfilados. Creo que, como Shakespeare, Lorca convierte las escapadas y pasiones de sus personajes en locura.

Esta obra se representa dentro de las actividades del 25N, una obra protagonizada además por mujeres ¿Por qué crees que es tan significativa en la lucha por la igualdad y el feminismo en España?

En «La Casa de Bernarda Alba» hay una denuncia explícita a un machismo de una época pasada pero cuya trascendencia todavía sufrimos las mujeres, creo que esta obra reivindica los derechos de las mujeres a la igualdad y nos confronta con la necesidad de hacer frente al totalitarismo machista normalizado e institucionalizado aquí en la figura de Bernarda. Siempre he creído en el teatro como una herramienta social, y esta obra lanza un claro mensaje de igualdad entre hombres y mujeres. Aunque las puestas en escena se hayan modernizado, el discurso de Lorca sigue siendo necesario 80 años después.

La obra se construye sobre la opresión y los tabúes imperantes en la época y aunque parezca que una actriz de hoy debe hacerse «un lavado cerebral» antes de comenzar a trabajar sobre estas mujeres (porque pensamos que ya quedan lejos de nosotras), todavía se viven sus circunstancias como si no hubiera pasado el tiempo. Ninguno de los personajes de la obra es un alma caritativa ni bondadosa, el silencio y lo castrante de su situación les hace sufrir envidias y miedos que les hacen ser oscuras, como nos podría suceder a todos. Esta obra nos asoma a la vida que llevaban y siguen llevando muchas familias donde la convivencia se resume en el autoritarismo de alguien y la sumisión del resto, sin reconocer ni respetar la individualidad, género o identidad de las personas. Creo que Lorca hizo una obra para demostrar a la humanidad que todas tenemos los mismos derechos que los hombres y que no se nos debe discriminar por ello.

¿Por qué nos recomendarías ir a ver esta versión de La Casa de Bernarda Alba?

Primero, porque el teatro es un lugar de encuentro y en ese encuentro el espectador tendrá la oportunidad de asomarse a un archivo de nuestra historia de una forma activa y vivencial. Y, en segundo lugar, porque las actrices de esta Bernarda Alba hemos querido afrontar la obra con los ojos de nuestro tiempo y situarla en el siglo XXI, actualizándola con las aristas, matices, problemas y elecciones que las mujeres de hoy tenemos. La propuesta que traemos desde la Compañía de Creación Escénica nos les va a dejar impasibles.