Desde Mascotas De Zero, antiguo CERECO situado en Albatera, se han visto en la tesitura de tener que paralizar la adopción de gatos negros por posibles «rituales satánicos» en las fechas que acontecen.
El gato negro siempre ha estado sometido al mito de la mala suerte, a raíz de este dicho sin fundamento, han surgido rituales para acabar con la vida de una forma cruel estos animales, por ello, tal como nos informan desde la protectora, se ha paralizado la adopción hasta que pasen estas fechas «clave», como la noche de Halloween. Por ejemplo, en Terrassa, Barcelona, han prohibido la adopción de estos animales desde el 1 de octubre hasta el 10 de noviembre.
«Somos conscientes del tema en estas fechas, sabemos que buscan gatitos negros para hacer salvajadas, por ello no damos en adopción ningún animal negro en estas fechas. Si tenemos interesados, les hacemos esperar a que pasen los días marcados, y si de verdad están interesados en el animal, se esperan encantados», aseguran desde Mascotas De Zero.
La protectora también ha resaltado que por el momento no les ha llegado ningún caso cercano de sacrificio, pero es una medida que beben tomar por prevención y evitar esta situación de riesgo para los felinos negros.
Por otro lado, también han destacado que poco a poco, el mito de la mala suerte sobre los gatos negros va perdiendo peso en la sociedad, y ya son pocas las personas que rechacen a un gato negro por esta creencia, a pesar de ello, rituales como los citados, ponen en alerta a las protectoras que deben paralizar las adopciones por creencias que ya dábamos por desaparecidas.
¿De dónde viene la creencia que relaciona los gatos negros con la mala suerte?
Su origen no está claro, una primera hipótesis provenía de la época medieval, cuando acusaban a mujeres de brujas, muchas de ellas tenían a un gato como animal de compañía, así que, ellos también fueron tachados como parte del mundo de la brujería. Posteriormente, el relato cambió y se decía que eran las propias brujas quienes se convertían en gatos negros por la noche.
Por el lado contrario, hay países como Japón, Gran Bretaña, Escocia o Rusia que veneran a estos animales y los relaciona con un símbolo de prosperidad y buena suerte.