Un bar mítico de nuestra localidad se despide tras 10 años brindando un espacio lleno de alegría, costumbres, risas y por supuesto, buena cocina. Ahora, sus típicas tostas, hamburguesas, tapas y menús del mediodía pasarán a la historia para todos aquellos que La Boquería era su lugar de reunión, donde saboreaban el fin de semana.
Sus dueños, Rosa Martínez y Domingo Rael, han decidido dar este gran paso agridulce tras un trabajo insaciable día y noche desde que abrieron las puertas de este local en marzo de 2015: “Decidimos arriesgar y abrir un restaurante, La Boquería, nos habíamos quedado sin empleo, y lo apostamos todo con muchas ilusiones y miedos a este local del que hoy, tras grandes años, nos despedimos”, nos cuenta Rosa, gerente del local.
“Hemos decidido cerrar porque la situación como autónomos es muy difícil, a ello se suma la dificultad de encontrar personal, tanto de cocinero como de camarero, y tras tantos años de trabajo donde no había tiempo de descanso, se nos presentó otra oportunidad laboral, y tras una larga meditación, decidimos no dejarla escapar. Hemos arriesgado, como lo hicimos con La Boquería, que tantos momentos felices nos ha dejado”, continúa contándonos Rosa.
La Boquería se caracteriza por ser uno de los bares con más clientela de la localidad, su salón, terraza y parque (Parque Príncipe de Asturias) lo hacen de un lugar perfecto para ir con niños y pasar las noches de verano: “Dejamos un restaurante con una clientela fija, a la que vamos a echar mucho de menos y que han formado parte de nuestra trayectoria profesional en el bar”, expresa Rosa.
La posibilidad de abrir otro local de hostelería la tienen totalmente descartada por la dificultad de ese gran paso, a pesar de ello, ambos se van con todo lo positivo que les ha dado estos 10 años: “hemos reído, llorado, enfadado…pero con el gran equipo que hemos tenido todo ha sido mucho más fácil”.
Por todo ello, ambos se despiden y agradecen “a todos los que han formado parte del equipo de La Boquería en estos 10 años y la gran familia que hemos formado, al igual que nosotros, también han puesto todo su esfuerzo y mucho más”.
El 28 de diciembre será el último día para despedirse de este local que tantos recuerdos nos ha dejado. Un local que se traspasa y que alguien podría volver a darle vida a este sitio de encuentro para muchos albaterenses.