Ayer, sábado 16 de julio, se celebraba el pregón de las Fiestas Patronales y de Moros y Cristianos de Albatera en honor a Santiago Apóstol, en el Auditorio Santiago Quinto situado en el Parque de la Huerta. El acto, presentado por Pedro Martínez y Manuel Soler, comenzó con un baile interpretado por el Centro Profesional de Danza Carmen Simón ambientado con la música de la Unión Musical La Aurora.
Como novedad este año, se inició el acto presentando a los cargos honoríficos de cada comparsas, ya que no ha habido capitán moro ni cristiano, ni tampoco abanderadas.
A continuación, se llevó a cabo el nombramiento del Caballero de Santiago para este año 2022, que ha recaído en el cuerpo de la Policía Local y que la representaba su máxima autoridad, Pedro Serna. Fue Eduardo Valero, oficial de la Policía Local, quien leyó unas palabras en nombre de todo el cuerpo: «Agradecemos a la corporación municipal por pensar en nosotros para este nombramiento. No hay datos de cuando se formó la Policía Local en nuestra localidad, pero sí que hemos encontrado datos del 27 de julio de 1936, en un acta plenaria donde se suspendía el empleo a un guardia municipal por desafecto al régimen». Entonces intervino Pedro Serna, quien aclaró que dicho guardia, era su abuelo.
«La Policía presenta servicio las 24 horas los 7 días de la semana a todos los albaterenses, nuestro servicio no se limita a evitar actos delictivos, sino que la mayor parte de nuestra labor se dedica a informar y asistencia al ciudadano, evitando conductas que alerten la convivencia», continua el oficial, concluyendo con los agradecimientos.
El pregonero continua: «Quiero animaros a vivir unas fiestas verdaderas; no concibo la fiesta como una forma de evasión; si vivimos la fiesta como una manera de olvidar la realidad, el día 26 nos levantaremos con resaca, nos quitaremos el maquillaje de la cara y todo habrá sido inútil. Os animo a vivir estas fiestas de otra manera, conscientes de nuestros problemas y sufrimientos, pero con ánimo, apoyados en estos pilares a los que me estoy refiriendo: la familia, la fe y la esperanza. Si pensamos por un momento en nuestros mayores, reconoceremos que lo mejor que hemos recibido de ellos no han sido los bienes materiales, los negocios o la cultura que nos han dado, y lo que más valoramos de ellos son las actitudes y valores que nos han transmitido; y esos valores y actitudes tienen su origen en la fe: Amor, caridad, ayuda mutua, perdón, hospitalidad, reconciliación…Los mayores no aprendieron estos valores en la universidad o en los libros, ni vienen de la Constitución española, estos valores procedían de su fe). Los libros, la cultura, el dinero y el trabajo son buenos y necesarios, pero no dan respuesta a los problemas más profundos del hombre. De nuevo la familia es la clave y como dijo San Juan Pablo II, “El futuro de la humanidad se juega en la familia”.
Resulta que tenemos más estudios, más cultura, más tecnología, más riqueza, mejor sanidad, más bienestar y no estamos sabiendo resolver nuestros problemas más profundos, nuestras heridas no curadas, cayendo en la desesperanza. Para mí la respuesta está en nuestro patrón Santiago y lo que representa. Cuando volváis a ver a Santiago Apóstol, o si ahora os lo representáis mentalmente, -después de mirar el caballo, porque todos miramos al caballo-, mirar a lo alto y veréis que en la mano derecha Santiago lleva una bandera blanca con una cruz; es la misma cruz que lleváis los Caballeros de Albaterra, los Hijos del Trueno y los Templarios en vuestro pecho, escudos y estandartes. ¿Qué es esa cruz?, esa cruz hace presente tus sufrimientos y los míos y es la Cruz en la que Dios entregó a su hijo por amor a todos y cada uno, y esa cruz ha sido vencida pues cristo ha resucitado».