La Junta del Consorcio Vega Baja Sostenible insiste en la necesidad inmediata de tener una planta de tratamiento de residuos propia de la comarca
La Junta hace un llamamiento a todos los municipios para que empiecen a fomentar la recogida separada en origen de la materia orgánica para cumplir con la normativa y reducir los costes de tratamiento
El Consorcio Vega Baja Sostenible, entidad conformada por 27 municipios de la comarca, ha celebrado hoy la última junta de gobierno del año, cuyo ítem principal ha sido la necesidad de contar con una planta de tratamiento propia. Al no contar con una planta de tratamiento propia, el Consorcio se ve obligado a trasladar sus residuos a provincias alejadas, como Cuenca o València, lo que aumenta considerablemente el coste de la gestión.
“Desde la Diputación de Alicante, vemos que la gestión de los residuos sin infraestructuras propias de tratamiento es cada vez más difícil: las plantas de otros consorcios están diseñadas y ajustadas a su población, lo que dificulta cada día más que entren residuos de otras comarcas,” ha explicado la diputada provincial de medio ambiente, energía y residuos sólidos de la Diputación de Alicante, Magdalena Martínez.
“La situación actual de la gestión de residuos de la Vega Baja es insostenible y en todos los grupos estamos de acuerdo, necesitamos contar con una planta propia,” ha explicado el presidente del Consorcio Vega Baja Sostenible, Francisco Cano. “Es por esta razón por la cual celebraremos una junta extraordinaria a finales de enero, donde traeremos todos los informes pertinentes sobre la ubicación técnica ideal para la nueva planta de tratamiento”.
La orgánica, una asignatura pendiente
Otra de las reclamaciones hechas hoy en la junta de gobierno por varios de los miembros es la necesidad de aumentar la recogida separada de la materia orgánica. Los biorresiduos, restos de comida, representan alrededor de un 40% de la bolsa de basura del contenedor gris: si se separan correctamente en casa, se reduce enormemente los residuos del contenedor gris que necesitan pasar por una planta de tratamiento específica, reduciendo así el coste de gestión.
Además, la recogida separada de la materia orgánica es una obligación europea: aumentar los índices permitirá al Consorcio avanzar hacia los objetivos de reciclaje y reutilización de 2030.



